El errante artista que plasma la ciudad en tela
Benjamín Contador es un joven que recorre Antofagasta en bicicleta con un cuadro y otros materiales en su espalda buscando nuevos lugares que pintar.
Cristian Castro Orozco - La Estrella de Antofagasta
Faltan pocos minutos para el mediodía y el Parque Brasil ya presenta su clásica postal. Gente que va y viene desde las clínicas hasta las pocas bancas del lugar, estudiantes sentados en la hierba, algunos fumando y otros cantando, perros vagando, palomas volando y personas vestida con trajes verdes fluorescentes podan y riegan las plantas.
Pero la tradicional panorámica se rompe ante la presencia de un tipo que lleva sentado desde las 07:00 en una de las banquillas del parque. Desde hace cinco horas que está allí pintando muy concentrado la gran casona roja que se encuentra al inicio de la avenida por el acceso norte. A su lado hay una bicicleta y frente al él, un atril con el cuadro afirmado. Primero trazó la construcción en su tela y ahora, con paleta en mano (acuarela) le da color a su obra. Los transeúntes se detienen por un rato, le hacen preguntas y elogian su trabajo, el agradece pero no da cabida a charlas pues está absorto en lo que pinta. ¿Por qué despierta tanta curiosidad? Por lo que dice una joven que se acercó, hace tiempo que no se había visto alguien pintado como solían hacerlo los pintores de antaño.
Corazón errante
El pintor en cuestión es Benjamín Contador (31), un artista santiaguino que lleva poco más de un año radicado en Antofagasta, pero ya había venido en ocasiones anteriores a pintar. Estudió licenciatura en arte en la Universidad de Chile, y el realismo de su trabajo ha llamado la atención de otros pintores locales, como Luis Núñez, quien le invitó a ser parte del grupo de artistas que trabajó en el mural que embellece la fachada oeste del Teatro Municipal.
También participó en el mural de la inclusión, una obra que muestra los rostros de cinco menores con capacidades distintas que fue inaugurado en abril de este año en Playa Paraíso.
"Siempre me ha gustado pintar, creo que esa es la única manera de comunicación en la que me desenvuelvo muy bien. La soledad y el arte es el complemento perfecto y disfruto con esto", dice Benjamín mientras realiza su mezcla acrílica en la paleta.
Un Van Gogh
Al momento de preguntarle ¿Qué artista te influencia? Benjamín no piensa y responde "Vincent Van Gogh, porque me gusta la intensidad de sus cuadros, sus luminosos colores y por sobre todo, lo atractivo de su vida".
Y es que la vida del holandés (en lo artístico) no se no se diferencia mucho con la de Benjamín. Sabido es que Van Gogh erraba por las ciudades buscando algo que pintar, siempre con su atril, sus lienzos y materiales montados sobre la espalda. El santiaguino por su parte, recorre Antofagasta en su bicicleta y sobre sus hombros lleva montado todos los materiales necesarios para pintar, y ya en pocos meses ha pintado toda la extensión del paseo del mar, el muelle histórico, las playas del sector sur, y ahora trabaja en el Parque Brasil.
"Me enamoré del norte. Tengo la idea de irme por una noche entera al desierto a pintar las estrellas, creo que será una experiencia fascinante. No sé por cuánto tiempo me quedaré aquí, pero son tantos los atractivos que quiero pintar que, parece que no me iré nunca", dice el artista.