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¿Algún día volverán las tortugas marinas a la costa de Mejillones?

Hace tiempo que las tortugas dejaron de venir, porque se las comen los lobos. ¿Hay posibilidad que regresen?
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Don Coco, el cocodrilo

Si usted va al mirador de las tortugas de Mejillones, tenga por seguro que lo que menos va a observar serán tortugas. Lo supe el otro día, cuando con unos amigos decidimos pasar el fin de semana allá. Todo bacán, fuimos a bañarnos a Punta de Rieles, comimos unos mariscos en la caleta de Meji y, cuando ya veníamos de vuelta a Antofa, pasamos al mirador al que uno puede llegar por el camino del Barrio Industrial.

En el mirador hay una plaza con árboles, bancas para sentarse a disfrutar del viento fresco y unos lindos columpios que miran al mar. En la mitad de la plaza, una enorme escultura de tortuga nos indica que, en algún momento, acá se podían ver muchas. "Yo llevo un año y medio trabajando acá y no he visto tortugas", me cuenta Marlon Durán, sentado en una banca. "A nosotros nos han dicho que venían a desovar a la arena, pero yo nunca he visto tortugas", dice.

El profesor Carlos Guerra, biólogo marino de la Universidad de Antofagasta, cuenta que años atrás, cuando comenzaron a llegar las termoeléctricas a Mejillones, el agua también cambió de temperatura. "Esas aguas cálidas fueron atrayendo tortugas y se empezaron a congregar en ese sector, por eso más de cien o doscientas tortugas podrían haber llegado"

Si ya fue curioso que aparecieran tantas tortugas marinas en la costa, fue más raro cómo empezaron a desaparecer. "Se las empezaron a comer los lobos", cuenta el alcalde de Mejillones, Marcelino Carvajal. Antes, ellos vivían en sus loberas, pero cambiaron de hábitat a propósito de la falta de comida. A los lobos les empezaron a gustar las tortugas y terminaron atacándolas a todas. "Fue extraño, no sé si han vuelto algunas", dice el alcalde.

El profe Guerra explica que el ataque de los lobos hacia las tortugas, un fenómeno totalmente anómalo que empezó en julio de 2007 cuando aparecieron varios cadáveres en la costa, motivó a intentar rescatar a varias de ellas. "El problema es que los lobos marinos que hay en Mejillones son lobos cebados, los que viven en el muelle. Los pescadores les tiran comida, esos lobos cebados se acostumbraron a comer cualquier cosa que flote. Aparece una tortuga en Mejillones y la atacan, por lo tanto ya no hay tortugas", cuenta.

En los años siguientes, trasladaron a unas cien tortugas, llevándoselas a las cercanías de Caleta Constitución. El problema fue que las tortugas no quedaron tranquilas nunca: en la caleta de Antofagasta también aparecieron varios cadáveres. Antes incluso, cuando se derramó el petróleo del buque "Eider" (en 2005), se tuvieron que relocalizar muchas tortugas.

¡y siguen muriendo!

Hace unos días, Jimmy Guerrero estaba dando una vuelta por la playa mejillonina cuando vio algo flotando en el mar. "Pensé que era un tiburón, le dije a mi compañero y él me decía 'no, es una caja'". Al final, no era ni tiburón ni caja, era una tortuga muerta. "La vimos y estaba entera, pero con la caparazón con varios hoyos, como arponeado", cuenta.

Luego de investigar más -y reportar el caso a la Fundación Gaviotín Chico-, el mejillonino cuenta que a la pobre tortuguita la habían dejado hasta sin piel. "Quedé para atrás, no había visto tanta maldad. La dejaron con las tripas en la playa".

Pobres amigas tortugas -pensé-, a lo mejor estarán en Caleta Constitución viviendo mejor, pero igual sería bueno que volvieran acá al mirador para potenciar el turismo de la zona. Quedé con la pregunta hecha y se la hice al profesor Carlos Guerra.

-¿Irán a volver las tortugas a Mejillones, profe?

-No sabemos si van a venir más, depende de los lobos. Mientras existan lobos cebados en Mejillones, todas las tortugas que ingresen van a ser atacadas por lobos.