Javier Andrónico Cangana
En las costas del norte chileno, pero sólo hasta la Portada, se puede encontrar al "gaviotín chico", un ave de no más de 24 centímetros de largo la cual está en peligro de extinción. Es por eso que una serie de científicos, investigadores, empresas y el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) hace años viene trabajando en la implementación de diversas medidas para su conservación.
Y es que no es para menos, ya que la cantidad de estas aves no se cuenta por miles, sino por unos pocos cientos.
El doctor en biología y académico de la Universidad de Antofagasta (UA), Carlos Guerra Correa, dejó en claro que, a pesar que en los últimos años la cantidad de estas aves ha aumentado -aunque descendió un poco en 2013-, aún así no superan los mil ejemplares.
"Cuando comenzamos a estudiar al gaviotín chico sistemáticamente, en 2008, había entre La Portada y Hornitos un promedio de 136 individuos nidificando, es decir, menos de 70 parejas. El número fue aumentando hasta el año pasado donde contabilizamos -en el mismo perímetro- un promedio de 861 ejemplares", comentó Guerra.
Con esos números el académico de la UA no titubea en sentenciar que "el gaviotín chico está en peligro de extinción y está prohibido y penado el ir a entrometerse a sus lugares de nidificación, los cuales son en la costa de la región".
"jeeperos"
Hay varios sitios costeros, principalmente cerca de Mejillones y Hornitos, donde hay señalética que dice claramente aquellos son lugares donde estas pequeñas aves llegan a anidar, proceso que empieza en julio y finaliza en diciembre.
Esto porque, explicó Guerra, "el gaviotín chico forma colonias asincrónicas, es decir, algunos individuos pueden poner sus huevos antes que otros, pero en enero ya los polluelos están volando o empezando a hacerlo, pero para que puedan sobrevivir estas aves bebés no deben sufrir alteraciones ni peligros, donde uno de ellos son los 'jeeperos'".
El profesional afirmó que quienes practican ese deporte o similares (como motocross), pueden continuar realizándolo pero tomando unas simples medidas previas como consultar al SAG cuáles son los lugares costeros donde no está presente el gaviotín chico ni sus huevos, ya que si se destruyen los nidos se corta la cadena reproductiva que demora alrededor de dos meses entre el tiempo en que eclosiona el huevo y los casi 30 días que le toma al polluelo aprender a volar.
Lamentablemente los "jeeperos" no son los únicos problemas con que debe lidear esta especie, debido a que sus nidos y polluelos también son víctimas frecuentes de perros y jotes.
"Por la costa hay una gran cantidad de canes sin hogar que deben alimentarse de lo que encuentran y cuando hallan los huevos los comen por cientos". Aunque la cantidad de gaviotines chico de este año no está contabilizada, Carlos Guerra adelantó que "el número sería bastante similar al del año pasado y esperamos que continúe aumentando".
Loa La desembocadura del Río Loa también es un lugar de nidificación del gaviotín chico.