Averigüe en qué fijarse si piensa enviar a su hijo a un taller veraniego
Especialistas indican que hay que considerar la duración del curso , escuchar la opinión de los pequeños y no olvidarse del tiempo para el ocio. También, aceptar que habrá niños ultra sociables y otros más tímidos, lo que no es negativo.
Camila Espinoza López
"Estoy aburrido, ¿qué puedo hacer?", es una de las frases que los niños repiten en este período de vacaciones y que muchos padres buscan evitar, organizando actividades donde sus hijos puedan compartir con otros de su edad. Entre las alternativas que despiertan interés en algunos progenitores están los talleres y escuelas de verano, que proliferan en esta fecha.
"En general, los talleres de verano son una buena experiencia para los niños. Lo pasan bien y se entretienen. Ojalá que no todas las vacaciones estén ocupados con ellos, porque también es necesario que tengan un tiempo de ocio", dice Verónica Vásquez, psicóloga de la Unidad de promoción de la salud psicológica de la Universidad de Santiago.
Tiempo de descanso
La especialista recomienda a los padres que están pensando en inscribir a sus hijos en diferentes actividades veraniegas, dejarles también tiempo libre: "Si un niño tiene dos meses de vacaciones, que esté, por ejemplo, un mes en actividades de verano y un mes libre. También pasan cosas en el reposo, en términos de crecimiento y maduración".
La psicóloga explica que se debe considerar el tiempo de duración del curso. Si es la mayor parte del día e implica que los niños pasen mucho tiempo fuera de casa, podría asistir una o dos semanas. Si el taller es sólo un par de horas al día, podría durar quizás más tiempo.
"A veces, hay actividades de verano, que son talleres súper intensos, de las nueve a las seis de la tarde, y eso es sostenible una semana o un par de días, porque también se entra en esta dinámica del hacer y que los niños llegan reventados a la casa a dormir", sostiene.
La timidez
Paulina Sarmiento, psicóloga clínica infanto juvenil, comenta que los talleres son una buena alternativa para que los niños "no estén sólo en la casa viendo televisión".
Por otro lado, la docente de la Universidad de Las Américas indica que "para algunos niños son fabulosas las escuela de verano, lo pasan súper bien, hacen amigos, pero, para otros, puede ser una experiencia poco grata".
De acuerdo a la académica, es muy importante que los padres consideren la personalidad del niño: "Hay niños que son más tímidos, más retraídos. No les gusta tampoco estar compartiendo con gente que no conocen (...). Siento que las escuelas de verano nos acomodan bien a los adultos, por el tema del trabajo y los horarios, pero no siempre a los niños".
Preguntar
Además, la especialista indica que es importante que los padres consideren la opinión del niño antes de inscribirlos en una actividad. "Es recomendable que los niños demuestren cierta autonomía y manejo del autocuidado antes de inscribirlos en talleres donde interactúan con personas desconocidas por tiempo corto, de manera de asegurar que su permanencia en estas actividades les produzca placer y bienestar y no temor o rechazo", agrega María Patricia Astaburuaga, directora de Pedagogía en Educación Parvularia y Educación Básica para Primer Ciclo de la Universidad Mayor.
Agrega que una edad adecuada para que los niños asistan a los talleres es a partir de los cinco años, y recalca que los padres deben buscar actividades que sean de interés para ellos, para que no las sientan como una carga.
Consejos para no fallar en la elección
Informarse antes de inscribir al niño
La psicóloga Paulina Sarmiento aconseja a los padres informarse bien sobre las actividades que contempla el taller y, ojalá, contar con el programa detallado, para así buscar la mejor alternativa para cada uno de los niños.
Observar el comportamiento
La especialista dice que los padres deben estar atentos "si el primer día el niño no lo pasó bien". Afirma que si esto se acota a un día, no hay problema, pero "si pasan cuatro o cinco días en que el niño no quiere ir, creo que no hay que obligarlo".
Descansar del colegio
La psicóloga recomienda no inscribir al niño en un taller de verano apenas finalizado el año escolar, porque podría generar desgaste: "Creo que sería un poco demandante para el niño. Él necesita, por lo menos, dos semanas de no hacer nada".
"Es recomendable que los niños demuestren cierta autonomía y manejo del autocuidado antes de inscribirlos en talleres donde interactúan con personas desconocidas".
María Patricia Astaburuaga, académica de la U. Mayor."
No exagerar
Sarmiento comenta que inscribir a los niños en numerosos talleres durante el verano podría no resultar muy positivo. "Hay que tener cuidado de no sobreexponerlos a muchas actividades que nos acomodan a nosotros los adultos".