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Abuelita de 79 años fue reconocida como la 'Madre Perla del Norte 2017'

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Victoria Guerra Salas, quien nació en Salamanca el 10 de julio de 1938, fue escogida este año por la Municipalidad de Antofagasta, como la "Madre Perla del Norte 2017", un reconocimiento que tiene orgullosos a todos los miembros de su familia.

La 'Toyita' como le dicen de cariño, se casó a los 14 años, para luego ser madre de nueve hijos, quienes la describen como una excelente mamá, abuela, bisabuela e incluso tatarabuela.

Estuvo casada durante 50 años, tiempo en el que vivió la pérdida de tres de sus hijos, quienes la aman con todo su corazón y que están eternamente agradecidos de ella.

En 2003 Dios recogió a su esposo y de ahí a la fecha ha dedicado sus días a compartir en una agrupación municipal de adultos mayores donde ha encontrado amigas, ha viajado, baila y hace deporte, lo que la ha mantenido feliz.

Toyita participa activamente en los talleres de manualidades impartidos por el programa Arte y Cultura, por lo que mostrará a la alcaldesa sus trabajos.

El municipio ha trabajado en el posicionamiento de la mujer en el mundo laboral, sobre todo a través de la Casa Comunal de la Mujer, que se dedica a asesorar en diversos temas, así como también el programa de Arte y Cultura, es por esto que quiso reconocer a esta mujer que trabajó duramente por sus nueve hijos.

"Estoy lejos de mi hija, pero ella es todo para mí"

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Estar lejos de un hijo, por diversas que sean las circunstancias, no es fácil para nadie. Bien lo sabe Adriana Herrera, quien hace seis años llegó a Chile para buscar nuevas oportunidades de trabajo.

Dejó en Ecuador a su hija María Andreina (11), quien está al cuidado de su mamá, siendo una de las decisiones más difíciles que le ha tocado tomar, al igual que miles de madres migrantes en todo el mundo que salen de sus hogares por el bienestar de sus familias.

Pese a que está en Antofagasta y María Andreina en Ecuador, se mantienen comunicadas todos los días, aprovechando las redes sociales que les permiten conversar y ponerse al día; hablar sobre tareas, preocupaciones y dudas que se dan en la pre adolescencia. Adriana la aconseja, la guía y cumple su rol de mamá a distancia, sin embargo, dice que trata de viajar dos o tres veces al año, sobre todo en fechas importantes.

"Ella lo es todo para mí, es el motivo por el cual me levanto todos los días a trabajar, para darle una buena educación aunque eso signifique sacrificarnos y estar lejos. Lo único que deseo es que ella lo valore y aproveche ya que sólo me tiene a mí y obviamente las dos tenemos el apoyo de mi familia, sobre todo de mi madre y con ella sé que está en buenas manos", cuenta Adriana.

Asimismo, dice que le diría a otras mamás que están en la misma situación que ella y su hija, que "si piensan en migrar a otros países que sea por el bienestar de sus hijos, por el futuro de ellos, les diría que traten de estar lo más presente posible en sus vidas".

"No miro el futuro, vivo el día a día con mi hija"

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A los 16 años, cuando Jessica González (42) estaba embarazada, sintió contracciones que pensó serían un simple dolor estomacal. Sin embargo, resultó ser un parto 'espontáneo' en el que nació su mayor tesoro, su pequeña Yanitza.

La 'Nani" como es conocida entre su familia y amigos, fue una bebé prematura, sus pulmones no se desarrollaron completamente y eso le provocó un daño cerebral. Su diagnóstico: parálisis cerebral espástica, es decir, no podría relajar sus músculos.

Cuando le dieron la noticia a Jessica, le dijeron que su hija viviría sólo una semana; ella no lloró ya que decidió salir adelante y luchar contra todo pronóstico junto a su bebé. Desde ese día han pasado 25 años, los que ha disfrutado y aprendido día a día junto a Yanitza.

Ambas hacen de todo, van a la peluquería, se arreglan, juegan y se acompañan. "Lo que pasa es que ahora ella tiene una edad mental de 13 años, entonces está en una adolescencia, ahora se hizo mechas moradas, me dice 'mamá ponme zapatillas o aros como tú', porque ella tiene la mentalidad de una lola, incluso tiene hasta pololo", cuenta entre risas Jessica, pero al mismo tiempo menciona que ha sido un camino difícil, de mucho sacrificio.

"Actualmente estoy cesante, tengo el apoyo de mi mamá y de mi familia, pero igual me las arreglo. Tengo un puesto en la feria así a la mala, estoy tratando que me den uno con permiso, pero ahí estoy todos los fines de semana con la Nani, me la llevo a trabajar porque le encanta sociabilizar (...) Todas las vecinas de ahí la conocen, todos conocen a la Nani".

En este Día de la Madre, Jessica reflexiona y recuerda que si bien hubo una etapa de llanto, de dolor, de pensar '¿por qué yo?', '¿qué hice?' existe otra en donde se valora cada pequeño avance que tiene su hija. "Después empecé con la etapa del día a día. Yo no miro hacia el futuro, vivo el día a día con mi hija y lo valoro. Cuando pasa algo extraordinario tú lo recuerdas y así se lleva un dolor, porque esto al principio es doloroso y ya después se transforma en alegría, cuando miras hacia atrás cada una de las cosas que ella ha logrado. Les diría a las mamás, de todo corazón, que vivan el día a día con sus hijos, que no se lastimen mentalmente pensando en un futuro, ya que el presente se va viviendo y disfrutando".

"Nuestros hijos tienen que abrir sus alas"

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La historia de Adriana González ha sido de un aprendizaje constante junto a sus tres hijos. Esteban (20) tiene Síndrome de Asperger, Cristofer (11) también tiene Síndrome de Asperger, pero leve y Yeshua (6) tiene Síndrome de Down. Dice que ha tenido que convertirse en una 'súper mamá',"porque eres psicóloga, fonoaudióloga, kinesióloga... tienes que aprender muchas cosas a la vez".

Adriana los ayuda con sus tareas, pero dice que le ha sido complicado. "Ahora que empezaron con sus estudios es más difícil porque como son Asperger, son muy cuadrados, entonces me cuesta entenderlos y que ellos me entiendan a mí, pero lo intentamos".

En este día Adriana quiere dar un mensaje especial a las mamás que tienen hijos con estas condiciones: "Tenemos que amarnos porque nos dejamos de lado; cuidarnos porque no vamos a durar para siempre, tenemos que enseñarles a los niños a abrir sus alas, que aprendan a hacer sus cosas solos, dejarlos libres, no ser tan aprehensivos con ellos, hay que ayudarlos a ser independientes".