La vida de Kurt Helmuth Uribe Delaporte estuvo marcada por varios hechos trágicos, pero siempre lograba salir adelante con su caballerosidad y fácil sonrisa.
Un despido en su trabajo como diseñador gráfico (su profesión) en un diario de Santiago gatilló una profunda depresión que lo llevó a ahogar sus penas en el alcohol. Sumado a ello, fallecieron familiares y terminó viviendo en la calle. Tuvo, así, problemas de los que nunca pudo sobreponerse y decidió irse a vivir a Antofagasta por 10 años.
"Trabajé haciendo aseo en supermercados, barriendo las calles, hasta que me cansé de todo eso y empecé a trabajar de forma independiente", contó en una entrevista realizada a este Diario el 6 de enero del 2012.
En ese entonces llegó a Tocopilla y vivía en la Plaza Carlos Condell, acompañado de sus fieles compañeros, los perros. Muchos vecinos lo conocían y ayudaban. Hacía trabajos independientes, pero seguía sumido en el alcohol.
El 2016 sufrió una lesión en el pie, lo que lo obligó a internarse en Antofagasta. Meses después regresó al Puerto Salitrero totalmente rehabilitado de su adicción. Ahí comenzó a trabajar limpiando autos y fue el primero de ese rubro en obtener el permiso municipal, el cual atesoraba y enseñaba feliz a todos.
