Michael Seguel P.
Depresión y una enfermedad que disminuía su capacidad auditiva son las condicionantes que, según sostienen fuentes de la Policía de Investigaciones (PDI), habría sufrido Joselyn del Carmen Lavados Toro (20), estudiante de ingeniería comercial de la Universidad Católica que murió envenenada con cianuro, la noche del martes.
Según el reporte de la Brigada de Homicidios de la PDI, los vómitos y la pérdida de conciencia durante una clase en el Campus San Joaquín alertaron a los compañeros de la joven, quienes llamaron al servicio de salud de la institución. Luego, una ambulancia trasladó a la estudiante al Hospital Clínico Metropolitano de La Florida.
"Una vez que (la joven) llega acá, se le realizan las reanimaciones correspondientes por el equipo médico y otras personas especializadas, pero, lamentablemente, no fue posible salvarla y murió", afirmó el mayor de Carabineros, César Tapia.
Por su parte, el capitán de Bomberos, Alex Müller, comentó que trabajaron en "descontaminar a todas las personas que tuvieron contacto directo con la estudiante, ya sea parientes o el personal que le hizo reanimación".
Desde la PDI, la inspectora Daniela Balocci, sostuvo que "se comprobó que en un termo que estaba en la mochila de esta mujer, la sustancia correspondía a cianuro".
Fuentes de la PDI añaden que la PDI descartó la hipótesis de un accidente, por lo que las indagaciones se centran en un eventual suicidio.
Efectos del cianuro
Desde el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (Cituc) explicaron que las forma de exponerse al cianuro son mediante el consumo o la inhalación.
"Si la sustancia es ingerida, los efectos tóxicos aparecen en minutos y, si es inhalado, aparece en segundos", dijo Juan Carlos Ríos, director de la institución. En el caso de la estudiante, la sustancia fue ingerida.
El cuerpo de la joven estaba ayer en el Servicio Médico Legal (SML), donde sería analizado antes de entregarlo a la familia.