"Adiós Figura": Antofagasta y la familia "puma" nunca te olvidará
A los 58 años partió el ídolo Sergio Marchant, un hombre que está en las páginas más gloriosas del CDA.
Cristian Puebla H - La Estrella
Hay noticias que uno nunca quisiera tener que sentarse frente a un computador y redactarlas, más cuando es un amigo quien parte a la eternidad.
Desde el viernes, cuando supe que Sergio Marchant estaba hospitalizado de gravedad, no lo podía creer, y siento que la familia del CDA, los antofagastinos de "tomo y lomo", y el fútbol en general, tampoco. Un hombre tan luchador, que ganó mil batallas en la cancha, que defendió a Chile en las Olimpiadas de 1984 en Los Angeles, estaba complicado en la UCI del Hospital Regional por un tema de plaquetas.
Me comuniqué con él durante el fin de semana y me comentó que estaba luchando por su vida, y que las muestras de afecto de la gente lo incentivaban a seguir dándole pelea a este difícil partido.
Lamentablemente, y cuando parecía que las cosas mejoraban, un problema cerebral se llevó al "Bambino de Oro". Sus hijos Sergio, Jesús y María José fueron los encargados de informar al club, y a eso de las 15: 40 horas se oficializaba la partida del ídolo puma.
Una pasión
Su pasión por el fútbol nace en Unión San Felipe en 1980, luego su "zurda bendita" demolió las porterías rivales con la camiseta de Naval y Fernández Vial, hasta que en 1989 llega a Antofagasta, donde se robó el cariño de toda la hinchada.
"Uno de los días más tristes fue cuando perdimos con Naval esa liguilla por el ascenso. Me sentía muy mal por no darle esa alegría, que tanto querían los hinchas", comentaba hace unas semanas cuando lo entrevisté recordando esa promoción del verano del 1991.
Si bien por diversas razones el "Bambino" debió partir de la ciudad, al no estar en los planes de Andrija Percic para la temporada 92, siempre tuvo al CDA en su corazón, además de "Wanderito", por su relación familiar con el puerto de Valparaíso, donde viajaba cada verano con su familia.
En 1995 volvió al CDA y colgó los botines en 1998. Pero su pasión y amor por estos colores lo incentivaron a iniciar su carrera de entrenador.
Un sueño
"Espero dirigir algún día el primer equipo. Ese es uno de mis grandes sueños, pero vamos paso a paso", sostuvo mientras hacía sus primeras armas en el Deportivo Ormazábal, en la desaparecida Tercera División Norte.
A mediados del 2014, Jaime Vera deja la banca del CDA y Sergio cumple su sueño. Asume de forma interina el cargo de entrenador de Deportes Antofagasta. No lo hizo mal, le ganó en casa a Cobreloa y O'Higgins, y perdió con la U. de Conce. Después volvió a su trabajo en las series inferiores con la "espina clavada", ya que tuvo la ilusión de continuar al mando del barco en el siguiente certamen, la hinchada pedía al "Bambino", pero la directiva prefirió otra opción.
Su amor por Antofagasta iba más allá de una cancha de fútbol. Sergio era un gran amigo y siempre fue atento con quien se acercaba a pedirle un favor o simplemente a saludarlo. Ayudó con su experiencia en la formación del equipo "Halcones del Norte", una agrupación deportiva de personas no videntes, que tras enterarse la noticia quisieron enviar su saludo a la familia.
La municipalidad decretó dos días de duelo, lo mismo que el CDA, en una fecha especial, ya que justo partiste un día después del aniversario de tus "Pumas", los que seguro seguirás alentando desde arriba, celebrando goles y contando miles de historias de tu pasado glorioso por esta tierra.... "Adiós Figura", nunca te olvidaremos.