Derechos sociales
Señor director:
Resulta curioso que en un país donde se ha adquirido tanta sensibilidad en torno a los derechos sociales se asuma con naturalidad el impedimento en el ejercicio de estos derechos-prestaciones.
En tiempos de pandemia esto se evidencia en la reticencia de ciertos sectores a la vuelta de clases presenciales. Pero la hipocresía en esta materia tiene larga data en nuestro país: en Chile se realizan al año múltiples manifestaciones ilegales -tomas de colegios, paros en la salud, etc.- en nombre de los derechos sociales, eventos que no hacen más que interrumpir las clases y alargar las ya extensas esperas en la salud.
En definitiva, la protesta por mejores derechos sociales se ha realizado a costa de los derechos de los más débiles.
Juan L. Lagos
Desilusión
Señor director:
A muchos nos ha pasado y por diferentes motivos, que cuando estamos esperando una buena noticia, esta queda en la incertidumbre, o simplemente no se concreta. Es frustrante y hasta doloroso.
En el caso de los diferentes "bonos" que ha implementado el Gobierno con el fin de ir en ayuda de los más afectados por la pandemia, considero que hay mucha ambigüedad o mala información, particularmente en los requisitos para acceder a los citados beneficios.
Las dudas se centran principalmente en el RSH (Registro Social de Hogares), en las declaraciones juradas, en la situación de los adultos mayores de 65 años o más, y en los ingresos formales. No es ningún misterio que hay familias que, teniendo una situación estable, hoy están mal económica y sicológicamente, pues han pasado del edén al infierno.
Reconozco que el Gobierno está haciendo los mejores y mayores esfuerzos, pero la burocracia sigue siendo la verdadera pandemia. ¿Quién se preocupa realmente de analizar las diferentes situaciones en una familia? Comprendo que no es fácil, pero si se trata de ayudar, hay que eliminar algunas trabas (requisitos). Está clarísimo que hay recursos, es por eso se hace necesario más flexibilidad. Es absurdo y casi ridículo que muchas personas por $10.000 o $20.000 más queden fuera de los beneficios que les ayudaría a mitigar la situación.
Jorge Valenzuela Araya