"La pandemia fue una oportunidad para volver a componer "
Luego de tres años sin música nueva, los hermanos Soledad, José Ignacio y Rosario regresan con 'El Rostro en la Ciudad', un single reflexivo e inspirado por la situación sanitaria. "Esta canción abre una etapa de mayor madurez", dicen.
Ignacio Silva
Cuando piensa en los años previos a la pandemia, José Ignacio Ariztía resume su actividad en un solo concepto: música en vivo.
Desde 2016, cuando él junto a sus hermanas Soledad y Rosario anunciaron el regreso de Ariztía, los escenarios fueron la constante en la vida del trío. Entonces la cuarentena, dice, generó un quiebre.
"Habíamos estado los últimos tres años muy dedicados a hacer giras, a preparar conciertos en vivo, a viajar. Los conciertos en vivo siempre demandan muchísimo trabajo y yo he estado todo el tiempo muy dedicado a eso", recuerda ahora el músico. "Y la pandemia fue una invitación a volver a escribir y a aprovechar esos meses de silencio y de encierro para concentrarme en un ejercicio que requiere mucho de esto, mucha introspección. La pandemia fue una oportunidad para volver a componer después de muchos años".
El resultado de eso fue un puñado de canciones que José Ignacio dice haber compuesto durante esos días de encierro. Y la primera muestra del proceso es 'El Rostro en la Ciudad', el primer single que Ariztía publica en tres años y que desde hace una semana se puede escuchar en plataformas de streaming.
No sólo es la canción más larga en la historia del trío famoso en los '90 por hits como 'No te Olvido' y 'Para que no se muera este amor': en sus 4:59 'El Rostro en la Ciudad' refleja una mirada social -con menciones a conceptos como la religión, el nuevo orden mundial y "el sistema infiel"- poco conocida en una banda más ligada a las temáticas amorosas.
"Es que fue una forma de catarsis donde pusimos o revelamos nuestro sentir respecto del mundo. Y tiene efectivamente este componente de cansancio, de frustración, de estar dando vueltas permanentemente sin tener las respuestas", analiza el cantante. "Es una visión de mundo la que plasmamos en 'El Rostro en la Ciudad' y que tiene que ver con los sistemas políticos fallidos, los sistemas de gobierno fallidos, los sistemas económicos fallidos, los sistemas sociales fallidos, y un poco esta sensación de hacia dónde vamos, cómo vamos y cómo salimos de esta, ¿no?".
Aunque el compositor destaca una contradicción en la canción: a pesar de lo sombría de su letra, su ritmo apunta hacia el baile y la celebración.
"Es una dicotomía que también tiene la canción 'A veces me parece', que a pesar de ser una canción cruda en los '90 la gente la bailaba en las discotecas. En el caso de 'El Rostro en la Ciudad', es la intención porque sí, tenemos una observación ruda y cruda de la realidad, pero también confiamos en que esto va a ir a mejor y tenemos esperanza".
En cuanto al sonido, esta canción incorpora guitarras eléctricas y loops electrónicos. ¿Cuál fue la búsqueda?
La verdad es que nosotros escuchamos mucha música, no podría darte un referente en particular porque somos bien eclécticos, pero queríamos un sonido que fuera moderno pero que a la vez tuviera reminiscencias del pasado en algún punto. Y que tuviera ese componente de calidez, que desde luego cuesta mucho trabajo encontrarlo en la música de hoy en día, porque está todo tan empaquetado que cuesta trabajo incluso emocionarse con la música. Nuestro primer propósito al hacer música es lograr que la gente se emocione, ese es el sentido de nuestro trabajo. Nosotros escuchamos mucha música de hoy día, artistas de todos los territorios, pero para nosotros lo más importante es que la música sea Ariztía y que tenga un sello propio, independiente a que el ritmo sea algo novedoso.
Comentabas que en los últimos años habían estado centrados en la música en vivo y que la pandemia les volvió a dar tiempo para componer y grabar. ¿Cómo describirías esta nueva etapa en el 2021?
Yo diría que esta canción abre una etapa de mayor madurez, sin duda. Es buena tu pregunta porque si bien nosotros ya no somos los chicos de 22 años que hacíamos nuestros primeros discos, hoy hacer música para nosotros se ha vuelto una experiencia incluso mucho más rica, más integral, más holística porque estamos más maduros como músicos, como intérpretes, como personas, como experiencia. Entonces yo creo que es una etapa muy rica, de una madurez que nos acomoda a los tres. Estamos muy contentos trabajando juntos como siempre, independiente de que somos familia y nos vemos siempre. Pero yo diría que estamos pasando por un momento muy fértil, lo definiría así, como una etapa fértil en lo creativo y en lo humano, en lo personal. Y eso nos hace sentir muy cómodos con lo que estamos escribiendo.
Hace un tiempo celebraron los 25 años con conciertos. ¿Cómo ves lo que produce la banda en la gente después de tantos años?
Es algo bien especial porque nuestro público es bien amplio. Hay gente de mi edad y mucho mayor, hay hijos, hijos de los hijos, gente muy joven también que escuchó nuestra música a través de sus padres que son adultos jóvenes hoy día. Entonces se produce una suerte de catarsis en nuestros conciertos, imagínate que tenemos más de 15 éxitos que están en el consciente colectivo, son canciones con las que la gente creció en Chile y en Latinoamérica. Es muy bonito también ver cómo la gente ha ido creciendo con nuestra música desde un 'No te olvido', 'No es mi culpa', un 'Palabras de hombre' o 'Para que no se muera este amor', hasta canciones hoy día que hablan de cómo vemos el mundo con un ritmo que es completamente nuevo y contemporáneo y moderno. Nuestros conciertos creo que emocionalmente brindan distintos estados que los hacen muy ricos. La gente se emociona, la gente llora, la gente celebra, se une, recuerda cosas que le agrada y que no, porque algunas de nuestras canciones hablan del desencuentro y el desamor también. Entonces creo que se produce como un recorrido emocional de la historia de cada quien.
"Tenemos más de 15 éxitos que están en el consciente colectivo, que son canciones con las que la gente creció".
Reina en mi espíritu