Superintendencia de Medio Ambiente suspende obras en Seccional Topáter
Ente fiscalizador solicita a constructora que presente un estudio de impacto ambiental.
Redacción - La Estrella del Loa
La Superintendencia de Medio Ambiente determinó detener las obras inmobiliarias que se construyen en el seccional norte del sector del cerro Topáter, debido a que la empresa constructora no presentó al ente fiscalizador el estudio de impacto ambiental ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), situación que fue considerada y por lo cual se dio orden el cese de obras por el momento.
En la Resolución Exenta Número 2374 de la Superintendencia de Medio Ambiente, "requerir bajo apercibimiento de sanción a la empresa de inversiones Cumbres de Altos de Calama, en su carácter de titular del proyecto, el ingreso de éste -estudio de impacto ambiental-, en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental por configurarse la tipología de ingreso contenida", y que s encontraba en el sector de archivos del gabinete del organismo fiscalizador.
Manuel Núñez, abogado representante de los querellantes (Esteban Araya Toroco, y la Asociación de Regantes del canal Lay Lay de Calama, comentó acerca de esta resolución que "es sin dudas un duro revés para la empresa constructora. Pero más importante, es que acá hay una respuesta tardía al asesinato del patrimonio de Calama. No es posible que el Consejo de Monumentos Nacionales haya decretado el lugar donde se emplazan las obras como cementerio indígena, y aún así se levante un proyecto inmobiliario".
Plazo
Con fecha del día dos de noviembre pasado, la Resolución Exenta de la Superintendencia de Medio Ambiente establece un plazo de 10 días para que la empresa en cuestión presente un plan de estudio de impacto ambiental, "eso lleva tiempo al menos un mes el poder diseñar uno; aplicarlo, monitorearlo y estudiarlo demanda mucho tiempo. Además debe incluir medidas de mitigación, consulta indígena. Se trata de un proceso largo y esperamos que los servicios que van a participar en el, resguarden el patrimonio del cerro Topáter".
Manuel Núñez, quien es además profesor de Derecho en la Universidad de Valparaíso, explicó además que "acá hubo también una situación grave, y es que desde el año 2013, este asunto no se ha resuelto ni menos mejorado. Instituciones como la Conadi, el Consejo de Monumentos Nacionales, la entidad ambiental y la Municipalidad de Calama han dejado pasar demasiado tiempo en la protección del sector. Yo he estado en visitas varias veces allí y he podido constatar la falta de señalética que indique por ejemplo la importancia del cerro Topáter, el por qué es considerado un cerro patrimonial, cuales son las zonas de mayor presencia arqueológica. O sea, una falta de interés total en un sitio prehispánico".
Cese de trabajos
La Resolución Exenta de la Superintendencia de Medio Ambiente, establece además que "todas las obras deben cesar mientras esta situación no sea saneada por al empresa y dentro de las leyes orgánicas que rigen al servicio. No se podrá efectuar allí trabajo mientras los servicios fiscalizadores y afines constaten el cumplimiento de las normas", agregó el abogado Manuel Núñez.
"Esta situación, evitable por cierto, y que llega tarde a considerar que no hubo entrega de un estudio de impacto ambiental podría alargarse más aún si por ejemplo la empresa decide entregar un estudio de evaluación ambiental, lo único que provocaría su impugnación por las comunidades afectadas y seguirá prolongándose", dijo el abogado querellante.
El seccional norte del cerro Topáter fue vendido en los años 70 a la recién creada Corporación Nacional del Cobre (Codelco), el terreno tuvo destinos para construcción de trabajadores rol A, pero ninguno formalizó algún proyecto hasta ahora.
Cerro patrimonial y ancestral indígena
El cerro Topáter es considerado un patrimonio muy importante para las comunidades indígenas de Calama, y al igual que Chug Chug, La Banda, y rutas prehispánicas, son en su cosmovisión parte importante del legado natural y que fue utilizado por los habitantes para ritos ceremonias y costumbres religiosas. Además, el seccional norte del lugar colinda con el río Loa y también con el valle de Yalquincha, el cual también busca ser protegido por los residentes de esos sectores.