El queso como protagonista
Por ahí escuché que el domingo pasado fue el Día Mundial del Queso y la verdad es que más allá de lo que son estas efemérides gastronómicas -en muchos casos sólo una excusa de marketing para vender más de tal o cual producto- me quedé pensando en el queso. Tan pero tan apreciado en Chile, sobre todo cuando se presenta fundido y/o dentro de un pan. Porque claro, eso es lo que suele ser el queso en nuestra alimentación: un acompañamiento o un ingrediente más dentro de una receta más compleja.
Es curioso, pero somos malos para comer y disfrutar un trozo de queso sin al poco rato buscar un trozo de pan para meterlo adentro y así consumirlo.
En resumen de cuentas, consumimos poco queso como protagonista de un plato. Incluso así, pensando y recordando, nos podemos encontrar con excepciones que confirman esta regla. Por ejemplo, está el queso fresco que se sirve totalmente cubierto de ají verde picado bien fino más un poco de aceite de oliva y sal. Una delicia que se puede comer fácilmente a cucharadas. O esos quesillos de supermercado, duros y desabridos, que se transforman en un manjar si los picamos en cubos y luego pintamos cada uno con un chorrito de salsa de ají rojo. O la dura provoleta, que tras unos minutos en la parrilla se hace blanda y suelta su rica grasita.
También está la muy de moda burrata, que no necesita más que un generoso chorro de aceite de oliva y algo de pimienta para transformarse en un plato muy codiciado. Y tampoco se puede olvidar al queso crema, ese que en los años noventa con una costra de sésamo tostado y untado en salsa de soya fue un infaltable de todas las fiestas y reuniones sociales.
En resumen, queda claro que el queso por sí solo puede ser una preparación y no está obligado a ir como comparsa en cada plato. Y como muestra un botón, la fácil receta que presentamos hoy -obviamente- con el queso como protagonista.
Ingredientes
(Para cuatro personas)
-8 bolas de mozzarella fresca
-4 tomates maduros
-hojas de albahaca limpias y secas
-sal, pimienta y aceite de oliva
Cortar cada mozzarella por la mitad y reservar. Luego, aceitar una fuente para horno y poner en ésta las mitades de mozzarella con el lado liso hacia arriba.
A continuación, cortar los tomates en rodajas muy finas para después disponerlas encima de las mozzarellas. Condimentar con sal y pimienta más una buena cantidad de aceite de oliva. Llevar al horno caliente por 15 minutos o hasta que el queso empiece apenas a fundirse con el tomate. En ese momento, retirar del fuego y repartir por encima las hojas de albahaca para luego tapar todo con papel de aluminio y dejar reposar un par de minutos.
Finalmente, sacar el papel de aluminio, agregar unas gotas de aceite de oliva y servir inmediatamente.
Mozzarella al horno con tomate y albahaca
por Álvaro Peralta / @dontinto