$700 millones de déficit: la oscura cifra que amenaza la supervivencia
El último balance directivo entregado a los socios estima en ese monto el más probable hoyo económico que tendrá el club a fin de año. Sin ascenso sería otra hecatombe financiera.
Deportes - La Estrella del Loa
Lejos de la buena campaña deportiva, el ambiente aparece convulsionado y confuso al interior de Cobreloa. Una situación que se remarca en rivalidades de bandos y que claramente oculta la verdadera crisis en ciernes que enfrenta el club por estos días: la de los problemas financieros.
Fue en 2016 cuando la directiva encabezada por Walter Aguilera -con el trabajo del extesorero Jorge Pereira- instauró la política de "apretarse el cinturón", sacando a la institución de un riesgo inminente de quiebra.
Incluso, antes de renunciar a la testera, Aguilera y compañía aseguraron que en las arcas del club quedarían cerca de 600 millones de pesos, producto de la venta del ex CDF, desde donde se obtuvo poco más de 3 millones de dólares por club y en el caso de los mineros, se destinó para poner al día varias deudas, dejando un monto para infraestructura en el club de campo y financiamiento para Fútbol Joven.
Tal inversión quedó en nada y la excusa fue la pandemia. La administración "de emergencia" que encabezó el ex timonel Duncan Araya aseguró que esos fondos quedarían en la cuenta corriente del club. En menos de un año, una tercera directiva liderada por Luis Vera estuvo a cargo de los destinos de los "Zorros", dejando al equipo en el penúltimo lugar de la Primera B y nuevamente con problemas de caja.
"Nosotros recibimos el club con un déficit cercano a los 400 millones de pesos", estima el actual mandamás loíno, Fernando Ramírez, sin detallar qué pasó con los cerca de mil millones de diferencia. Tal como en 2015, cuando el cuestionado expresidente Augusto González justificó los 400 millones de la venta de Alexis Sánchez dentro del mercado europeo como "gastos operacionales", esta vez la explicación parece ser la misma. Los ahorros del club se esfumaron. Sin auditorias, sin informes. Eso porque según los nuevos regentes, no había dinero para hacerlo. Y el perjuicio quedó otra vez en al aire...
Realidad
Fue en la última asamblea de socios donde Ramírez entregó cifras preocupantes. El mismo dirigente asume que "la apuesta de nosotros es la de conseguir el ascenso del club porque el giro principal de Cobreloa sigue siendo el primer equipo". Con eso, las promesas de campaña de hacer un plantel con 60/40 en cuanto a porcentajes de jugadores profesionales y cadetes se fue por el despeñadero.
Hoy, Cobreloa tiene el plantel más caro de la categoría, con varios sueldos clase A y compromisos que los hacen gastar lo que genera mes a mes y aún más. Según la cifra entregada por el directorio a sus socios, el déficit a finales de 2022 llegaría a la cifra de 700 millones de pesos, con un incremento mes a mes de cifras oscilantes, pero que en balance final debería promediar los 30 o 40 millones de pesos en rojo, para alcanzar el estimativo final.
"Esperemos que no sea así y que a medida que avance el año sigamos encontrando apoyo de las empresas locales y de los hinchas", dice Ramírez. Pero el problema hoy es grave porque son los trabajadores de la institución quienes ven retrasos en sus sueldos y en eso, desde el primer equipo ya han salido a transparentar las condiciones que viven quienes trabajan en su entorno.
"Hay cosas que uno se calla y las ve todos los días, que no son de un club denominado grande y que a uno lo afecta porque se trata de gente que trabaja contigo y que no está tranquila", dice David Escalante, en una clara declaración de principios que al interior del plantel se acumuló durante todo el semestre con temas como un viaje mal planificado al sur -que los tuvo durmiendo en un aeropuerto- o la postura dirigencial ante el castigo por secretaría de Matías Cano que les pareció impropio.
Los jugadores están al día en sus remuneraciones, pero la distancia con la directiva está marcada, sin diálogo, alimentada por el cúmulo de detalles que algunos aprovechan para dividir la interna desde fuera. Eso porque el problema real en Cobreloa es que no hay dinero para generar condiciones ideales de trabajo y allí, las proyecciones del primer equipo también se ven afectadas de acá al mediano plazo.
El mismo Cano salió a ratificar en Radio María Reina que "hay deficiencias que se vienen viendo y que no se ve que tengan solución en el tiempo. Es una incertidumbre porque veo cosas acá que no se ve en ningún lado. Las falencias están y no creo que se mejore, por ejemplo, la cancha de entrenamiento, que de acá a un mes va a estar en condiciones inutilizables. Lo sabemos y no nos queda otra que aguantar".
El golero admite que "sería injusto adjudicarnos sólo a nosotros la buena campaña porque hay mucha gente que está comprometida. El cuerpo médico, la gente que trabaja en el club. Las cosas están como están y no se ve cómo se vayan a arreglar. Hay temas que sólo nosotros sabemos".
El ex Coquimbo dice que "no es que haya una pelea interna entre las partes o algo por el estilo. Pero pasa que cuando después de un tiempo de reclamar estas cosas no hay respuesta, pierdes la capacidad de diálogo y remas con lo que hay".
La situación en las series menores también apunta a la precariedad y a la desorganización permanente, lo que el director deportivo. Óscar Wirth advierte como "inexperiencia al tomar el control de un club", como pasó con el castigo a la serie de Proyección que llegó tarde a un partido en Rancagua y recibió un castigo que prácticamente la condenó al descenso.
Astorga
El técnico minero, Emiliano Astorga también se encuentra en una postura reñida con el entusiasmo irreal de muchos, muy lejana a la situación real en Calama.
Se juntó con el directorio para pedir refuerzos y no le cerraron las puertas. Entonces, entiende que el tema pasa por gestión. "Yo ya me cansé de hacerles ver que para optar al ascenso hay que reforzarse como todos los equipos hoy lo están haciendo", dijo hace unos días.
Desde el club responden que "no se han cerrado las opciones, pero la administración debe ser responsable", dice Óscar Wirth. ¿Y el diálogo? O el DT no tiene claro el profundo déficit o la dirigencia nuevamente peca de entusiasta y de no ponerle límites a un plantel que ya es demasiado caro.
Mientras los hinchas se dividen entre los pro FAUC -lista que ganó las elecciones- y los antidirigencia, la entidad sigue profundizando su crisis económica con el fin -hasta cierto punto irresponsable- de buscar un anhelado ascenso arriesgando el poco patrimonio que le queda. Y fracturándose...
Hoy, el riesgo es mayor. Sin auspiciadores nuevos, con un clima beligerante en la interna y de entorno y con la alta apuesta de subir de categoría a como dé lugar, el riesgo de quedarse sin premio en noviembre y con números rojos tan abultados exigen ya una postura clara y definitiva.
Porque las proyecciones son caóticas y las soluciones están lejos de mejorarlas con una campaña de recolección de fondos por los hinchas -que acumuló apenas un monto cercano a los 18 millones de pesos-, con proyección alta de nuevos socios en base a una gran temporada en cancha o la remoción de algún funcionario. La supervivencia del club se ve amenazada radicalmente y la división oscurece más el panorama futuro. Por estos días, pareciera que nadie lo entiende ni está a la altura del conflicto...
Velazco quiere quedarse y con ello se cae la opción de traer un refuerzo extranjero
Una de las principales vías que analizó el directorio loíno para cumplir con la petición de traer incorporaciones a mitad de año era la de generar préstamos o salidas de jugadores del actual plantel que liberaran cupos en la plantilla. Y allí, varias miradas apuntaban al golero argentino Maximiliano Velazco, quien sólo jugó 180 minutos en el torneo oficial y podría emigrar. Sin embargo, el mismo jugador se encargó de echar por tierra la opción. "Han llegado ofertas desde Argentina, pero no tengo pensado volver a mi país este año, quiero quedarme y respetar mi contrato acá", dijo el meta al portal Enlalinea.