Día del niño I
Señor director:
Agosto. Sinónimo de Día del Niño. Una efeméride que debiese invitarnos a reflexionar sobre la niñez, el colectivo social más vulnerable y que sufre más severamente las crisis y los problemas del mundo. Y aunque la fecha es una invitación a celebrar, todavía hay aspectos en los que debemos mejorar para que la alegría sea completa.
Chile sigue en deuda con su niñez, especialmente con la más vulnerable e injustamente invisibilizada. Como nación, y pese a contar por fin con una muy postergada Ley de Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, se ha avanzado tibiamente en reconocer a NNA como sujetos de derecho, con opinión, capaces de incidir en su propia vida y en el mundo que anhelan construir.
Un paso importante para la consolidación de la niñez como sujetos de derechos es el reconocimiento a nivel constitucional. No nos equivoquemos nuevamente con nuestros NNA. La nueva Carta Fundamental que rija al país debe reconocer a la infancia como sujetos de derecho para que puedan vivir en condiciones que les permitan un desarrollo armonioso, a la vez de ser protegidos contra todo tipo de violencia.
Para que verdaderamente sea un "feliz Día del Niño", es trascendental que la preocupación por la infancia sea una prioridad y no una simple frase que repetimos una vez al año.
Harry Grayde Klenner
director World Vision Chile
Día del niño II
Señor director:
Acercándose el Día del Niño, nos vemos inundados de agresiva publicidad que al parecer nos quiere transmitir unívocamente el mismo mensaje: si no compras algún juguete de ocasión, eres mal padre o madre. Aunque podamos catalogar este mensaje de "falso" o "perverso", lo cierto es que atrás se esconde una idea de fondo muy peligrosa: la tiranía de la felicidad.
Con este concepto, hacemos referencia a una idea ampliamente difundida y aceptada en la sociedad actual, según la cual tenemos la obligación de ser felices y disfrutar al máximo nuestra vida, de lo contrario algo malo pasa con nosotros, es decir, estamos fracasando. Esta idea, así de nociva, también está permeando la forma en que nos relacionamos con niños y niñas.
¿No sería mejor enseñar a nuestros hijos a buscar y encontrar su propia felicidad en lugar de dársela lista desde fuera?
Juan Pablo Ogueda
académico U. de Las Américas