Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Clasificados
  • Estrellas
  • Contraportada

La historia de Zúmbale Primo, la banda éxito del Festival del Huaso

Los músicos de la cumbia ranchera más escuchada recibieron un gran "no" de un importante sello musical, tuvieron que dormir en un terminal de buses y grabaron su primer videoclip con un celular a cambio de dos shows sin pago.
E-mail Compartir

Camila Rojas Vargas - La Estrella de Valparaíso

Con 700 mil pesos en el bolsillo, que logró conseguir a modo de préstamo con un familiar, Álex Muñoz tiró para arriba a la banda de cumbia ranchera Zúmbale Primo, que se bajó del escenario de El Patagual siendo el artista favorito de los televidentes del Festival del Huaso de Olmué con un 46,6% de las preferencias en la votación online.

Son 18 los músicos que integran el equipo, siete de ellos las caras visibles que salen a escena y once que están detrás de cada acorde. Muñoz es el líder, animador y cantante del conjunto que conquistó al público olmueíno con una presentación de solo 30 minutos que comenzó a eso de las 02:30 horas.

Hoy tienen millones de reproducciones en plataformas digitales, continúan sacando exitosas colaboraciones con artistas nacionales y suenan fuerte en Argentina, donde también tienen su público fiel -a quien verán el próximo 10 de marzo-. Pero el camino para llegar a gozar del éxito no fue nada fácil; de hecho, para grabar su primer videoclip ("Cinco minutos y nada más", todavía disponible en Youtube) tuvieron que canjear dos shows en vivo para costearlo. Así bien lo recuerda el frontman, que en 2016, hace siete años, logró juntar varios talentos que dan vida a Zúmbale Primo.

"Nosotros siempre quisimos hacer las cosas bien y en esa época el CD ya no daba, entonces teníamos que saber hacer un buen tema y lanzarlo a Youtube, ese siempre fue nuestro norte. Con esos $700 mil compré unos trajes en el mercado persa de Estación Central y arrendé un estudio para grabar profesionalmente la canción. Cuando uno comienza, uno toca prácticamente gratis, entonces se me ocurrió que para los dos shows que teníamos en Calama nos pagaran los pasajes en avión y que nos prestaran un furgón por dos días, más la comida de esos días, para que nosotros pudiéramos viajar al desierto a grabar. Por supuesto fuimos con lo que teníamos, no daba ni para camarógrafo, así que grabamos nosotros con mi celular", rememora el líder de 37 años sobre los orígenes del tema que hoy tiene 6 millones de visitas en internet.

Portazo en la cara

Todos los músicos de Zúmbale Primo son del sur del país: de Coyhaique, Puerto Montt, Toltén, Pitrufquén y Temuco, pero como todo pasa en la capital, tuvieron que ir a probar suerte allá, aunque no les fue nada de bien la primera vez pues terminaron durmiendo en el terminal Alameda, cosa que ahora es una anécdota más entre cientos de otras.

"Viajamos desde Victoria al sello donde todos los artistas de este estilo musical quieren estar, nos habían citado a una reunión a mostrar nuestra música que la encontraron muy buena, 'pero no nos interesan': así, de esa manera nos dijeron. No nos pescaron, nos quedamos botados, tuvimos que dormir en el terminal de buses hasta que nuestros papás o alguien nos mandara plata para poder viajar al otro día, esto sin comer nada. No nos atrevimos a pedir plata, ganas no nos faltaron pero no lo hicimos. Al siguiente día en la noche salía un bus, entonces estuvimos como un día y medio durmiendo en el suelo", recuerda el fundador.

Toda una vida

Álex se retiró del colegio a los 13 años para trabajar en la música, primero limpiando los cables de los instrumentos y luego tocando el guiro en un conjunto de sound; así, con el tiempo, fue escalando hasta llegar a otras bandas como Los Charros de Lumaco, Los Potreros del Sur, Los Lobos del Sur y en paralelo terminó sus estudios en horario vespertino. Cuenta que muchas personas le decían que desistiera, que el dinero era poco y que se enfocara en otra cosa, pero su objetivo final siempre fue mayor a cualquier voz. De esa manera armó este proyecto "a pura disciplina y trabajo".

"Siempre anduve a patadas con los piojos, siempre era una cosa de que esto no me iba a dejar, que renunciara, una vez estuve a punto pero no, seguí hasta que armé mi propio grupo y digo con orgullo que fue gracias a mis experiencias y errores que viví y que vi de otras bandas. Yo vi qué les pasó y por qué se estancaron y me prometí que eso no me iba a pasar a mí. Yo pasé hambre, frío y hubo mucho sufrimiento de por medio. No voy a nombrar las agrupaciones, pero por ejemplo se facturaban $5 millones a $ 8 millones de pesos y a uno le pagaban 40 lucas. Si le daba hambre al dueño del grupo, comían los demás, pero si no, nadie comía. Metían a 14 personas en una van chica para viajes de más de 10 horas, vi muchas cosas, aún así no renuncié pero por eso hoy sé hacer las cosas", reflexionó Alex, quien es bastante estricto con el equipo.

"Acá no hay drogas, no hay alcohol y no hay mujeres. A mí no me sirve ningún borracho arriba del escenario, ninguno. A nosotros nos siguen muchos niños, por eso yo tengo mucho ojo, por todo lo que vi en mi juventud", cerró el cantante.

La llave maestra musical

Fusionan la música ranchera con la cumbia y los ritmos tropicales. Esa mezcla dio un aire fresco entre otros géneros de música bailable. "La ranchera quedaba al debe con respecto a la música actual, siento que se quedó un poco atrás en lo más básico del género. Nosotros queríamos estar en los mismo escenarios que los grandes cumbieros así que apostamos por adaptar la ranchera e ir más allá", dice Álex Muñoz.

6 millones de visitas tiene en Youtube la primera canción "Cinco minutos y nada más".