No se abraza en casa: Cobreloa sigue sin ganar y quedó antepenúltimo en la B
El equipo de Rodrigo Meléndez fue incapaz de mejorar individual y colectivamente en un partido clave y anota el peor inicio de torneo desde el año 2016. Ahora se miden el domingo con Unión San Felipe.
Deportes
Era ante el gran favorito para ascender, por primera vez con transmisión de televisión y justo en el sexto aniversario del descenso loíno en esa triste tarde del 3 de mayo de 2015 en Chillán. Motivación había para ganarle a Coquimbo Unido. Obligación también.
Que las dos derrotas anteriores en casa remecieron a la banca loína es un antecedente innegable. No sólo en los tres cambios de formación con que Rodrigo Meléndez quiso cambiar el rendimiento del equipo -Axl Ríos fue a la defensa, Álvaro Césped retornó al mediocampo y Francisco Castro ingresó desde el arranque- sino que incluso, con la banca utilizada en el estadio. Esta vez, "Kalule" apeló a la cábala y se fue al lado norte de la cancha.
Pero más allá de las supersticiones, lo que Cobreloa necesitaba era orden defensivo, atención en jugadas claves y desequilibrio individual. Esto último apareció de los pies del "distinto", Nicolás Maturana.
El pequeño volante, con Fernando Barrientos como primer receptor delante de los dos mediocampistas de corte tuvo la suficiente libertad para atreverse. Ya a los 17 minutos agrupó rivales y estuvo cerca de batir a Matías Cano.
Pero "Nico" andaba encendido. En los 27', otra vez metió un cambio de ritmo que lo llevó a enfrentarse al golero visitante. Un control largo le dejó el balón servido a Francisco Castro, quien puso el 1-0 ante un rival que se atrevía poco.
Era el momento de poner el partido en el congelador o salir a liquidarlo. Pero no hubo tiempo para nada. Porque otra vez, la fragilidad defensiva naranja se hizo patente, ante una subida del lateral John Salas por el lado zurdo de la retaguardia local. Tuvo tiempo para proyectarse y meter un centro preciso que, como en partidos anteriores cayó en medio de una zaga irresoluta. Allí, Cristóbal Marín aprovechó para marcar el equilibrio, algo que su equipo aprovechó para bajarle el ritmo al duelo y dejar la primera parte "en tablas".
Sin variante
Entre el oficio de un plantel con futbolistas de tanta jerarquía como Jean Beausejour o Carlos Carmona, el pragmatismo de Héctor Tapia para manejar el partido y la desaparición de Maturana en el protagonismo del juego, Coquimbo comenzó a sentirse mejor en el frío gramado del Zorros del Desierto.
Entre Gatica y Marín comenzaron a dominar la zona del mediocampo y los laterales complicaron a Jaime Soto y el juvenil Jorge Espejo, que ingresó a tapar la banda zurda y sacó adelante un incómodo debut viniendo desde la banca.
Las confusiones del cuerpo técnico parecían establecerse otra vez, cuando Maturana y Castro dejaban la cancha para darle espacio a la amplitud de cancha con Pablo Vergara y Carlos Ross. Otra vez la corrida, el desborde, el intento de centro y el libreto estudiado y fácil para el rival, que siempre esperó de pie y absorbiendo la amenaza aérea de Escalante.
Entre Tarifeño y Marín tuvieron opciones de aumentar las cifras en las pocas escaramuzas ofensivas que el forastero se atrevió a ensayar en medio de su estudiado. A falta de cinco minutos, "El Pirata" aprovechó una mala salida de Axl Ríos y el venezolano Jesús Ramírez obligó a una brillante reacción de Maximiliano Velazco para evitar otra caída.
Incluso, en el último suspiro del compromiso fue José Aguilera quien tuvo una oportunidad clara y la desperdició. Si alguien mereció ganar el abúlico choque fue Coquimbo Unido.
Sólo la deplorable campaña de Deportes Iquique -cero punto en tres juegos disputados- y la imposibilidad de competir de Lautaro de Buín le permiten a Cobreloa no ser el peor equipo del torneo. El peor arranque de torneo desde la época de Carlos Rojas en 2016. La preocupación por el nivel del equipo se acrecienta, ya a cuatro fechas del inicio, Meléndez no encuentra soluciones ni un equipo que pueda cautivar.
La Estrella

