La incertidumbre del agua en Ollagüe
En plena pandemia, cuando lo que más se pide es el lavado de manos para enfrentar el virus, hay días en Ollagüe donde nadie puede hacerlo porque no sale agua de la llave. Desde hace un año que no hay suficiente presión desde el estanque que baja de la quebrada, llevando la situación a un nivel tan crítico que la municipalidad tuvo que decretar emergencia comunal. La razón exacta aún es un misterio: se cree que la cañería podría estar estrangulada con algo o que se está filtrando el agua al salar. Pero el tiempo pasa, y los habitantes de la frontera piden una solución.
Esos pocos días al año en que el pueblo de Ollagüe se transforma en noticia nacional, casi siempre es por la misma razón: el frío. Tan extrema es la situación de la comuna más aislada de la región de Antofagasta, que hace dos años se reportó una temperatura de 20,9 grados bajo cero, casi lo que han llegado a sentir en la Antártica.
Cuando pasa eso, los habitantes del pueblo saben que se quedaron sin agua. Las cañerías se congelan y abrir la llave es inútil. Julia Quispe, tesorera de la Comunidad Indígena Quechua de Ollagüe, dice que igual no más junta agua en un tambor.
-Después al otro día, uno anda con un martillo haciendo tira el hielo para poder sacar agua- recuerda.
Desde 2005, toda el agua que circula por las llaves de los casi 200 habitantes que viven en el pueblo viene de la quebrada del Inca, una vertiente que está en lo alto, a unos 12 kilómetros. Un enorme estanque de 30 mil litros de capacidad acumula todo lo que baja de los cerros.
Desde esa altura se puede distinguir la planicie que divide la frontera. A lo lejos se ve Estación Avaroa, del lado boliviano. Al medio, junto al hito, una fila de decenas de camiones esperan pacientes a que levanten la barrera para poder entrar a Chile. De este punto hay 198 kilómetros hacia Calama, la ciudad más cercana.
Bajo tierra, por territorio nacional, pasa la cañería que lleva el agua a los ollagüinos. Y si bien el estanque siempre está lleno, algo está pasando en el trayecto. En la gran mayoría de las casas del pueblo, el agua sale apenas, un lánguido hilito que demora una eternidad en llenar un balde. Para bañarse, hay que juntar agua .
El problema, cuentan los vecinos, comenzó el año pasado. Justo cuando una pandemia mundial hizo que las normas sanitarias obligaran a todo el mundo a ponerle atención al lavado de manos. En Ollagüe, el problema de la presión ha causado que algunos días derechamente se corte el servicio, lo que obliga a que ese lavado de manos esté condicionado a la posibilidad. El problema se hizo crítico y el miércoles pasado, el municipio declaró emergencia comunal.
-Están buscando detectar cuál es el problema porque supuestamente el estanque está lleno. La municipalidad ha buscado hartas soluciones, vino la DOH (Dirección de Obras Hidráulicas del MOP) y no ha podido dilucidar el problema. El municipio está haciendo una petición de obras, pero yo creo que hay que buscar una solución más rápida porque tenemos adultos mayores que viven solos. ¿Quién los ayuda a ellos?- se pregunta Thelma Ramos, presidenta de la comunidad quechua.
A diferencia de las ciudades grandes, donde el servicio de agua potable es controlado por empresas, en Ollagüe es administrado por el municipio. El alcalde Humberto Flores cuenta que llevan meses haciendo trabajos comunitarios, municipales y recibiendo ayuda estatal para ver qué pasa, pero todavía nadie sabe qué hace que el hilito de agua sea cada vez más débil. En la comunidad quechua cuentan que hasta el mismo alcalde andaba pala en mano ayudando en la obra, pero el municipio es pequeño y no se puede hacer mucho sin ayuda.
Teorías
El alcalde Flores tiene tres teorías en mano: una, que la red se está "estrangulando" y eso hace que cada vez sea menos la presión que va hacia al pueblo. La segunda hipótesis es que puede haber una fuga en el sector del salar, y no la pueden ver porque escurriría a las profundidades y no se vería ningún indicio en la superficie. Y la tercera, es que haya algún obstáculo, sedimento o bolsa de aire en algún punto de esa larga tubería.
Ante la emergencia, la municipalidad puso cinco estanques de 3 mil litros que son abastecidos por un camión aljibe que ellos contrataron, mientras que la Onemi gestiona tres camiones para que lleguen mañana, el viernes y el próximo lunes. Hoy y el jueves, seguirán rastreando la red para identificar la extraña falla.
-Estamos en un momento donde declaramos zona de emergencia a la localidad porque el suministro era muy bajo (…) Esperamos tener un buen resultado en esta intervención y levantar este estado de emergencia por bajo caudal de agua- reflexiona el edil.