Día Mundial sin WiFi: ¿Es su uso realmente peligroso para la salud?
Se ha dicho que esta tecnología produce cáncer. No obstante, la evidencia dice que este sistema no es más riesgoso que tomar café.
Natividad Espinoza R.
Desde 2016, cada 8 de noviembre (es decir, hoy) se conmemora el Día Mundial sin WiFi, gracias a una iniciativa de la Federación Ambientalista Internacional (FAI).
En el sitio web de la organización no gubernamental se explica que "el objetivo de esta iniciativa es hacer visible el riesgo al que están expuestas millones de personas que se conectan a internet mediante el uso del sistema inalámbrico WiFi, desconociendo el impacto que el uso prolongado del mismo tiene sobre los seres vivos, en especial bebés, niños y adolescentes".
Pese a que se ha publicado que esta tecnología afecta de distintas maneras la salud, la asociación más común en el imaginario social es la que relaciona al WiFi con el desarrollo de cáncer. No obstante, recientemente la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró las tecnologías inalámbricas como un cancerígeno de nivel 2B, es decir, "que implica un riesgo posible según estudios con animales". En el mismo grupo se encuentran el café, el aloe vera, la naftalina, el polvo de talco, el trabajo en la industria textil y el trabajo de carpintero, entre otros.
En el nivel 2A, que implica un "riesgo probable según estudios en humanos y animales", figuran el trabajar de noche, freír, consumir carnes rojas e infectarse con malaria. Y en el grupo más riesgoso, el nivel 1 ("riesgo carcinógeno probado con datos claros y confirmados") están el alcohol, el tabaco, la contaminación ambiental, la píldora anticonceptiva, la carne procesada, los rayos X, la combustión de motores diésel y el sol, por mencionar algunos.
En otras palabras, freír y comer carne es más peligroso que el WiFi para la salud.
El megaestudio
El año pasado, la revista Critical Reviews in Environmental Science and Technology (Reseñas Críticas en Ciencia y Tecnología Ambiental), del Reino Unido, publicó un macroestudio para el cual Martin Röösli, uno de los principales investigadores del campo del electromagnetismo, revisó todos los artículos publicados hasta ese momento sobre los efectos nocivos del WiFi para la salud. De los 1.385 que examinó, eligió 23 para analizarlos a fondo.
Tras esto, el experto reveló que "encontramos poca evidencia de que la exposición al WiFi sea un riesgo para la salud en un entorno cotidiano".
¿por qué el miedo?
El ingeniero en computación e informática del Instituto Profesional de Ciencias de la Computación (IPCC), Cristian Alfaro, quien se ha desempeñado como ingeniero en redes, manifestó que el miedo al WiFi "puede tener que ver un poco con los mitos y con que lo relacionamos con cosas que sí son nocivas. Por ejemplo, los rayos X, que son algo que uno no ve, pero van en una cierta onda, en una cierta frecuencia y finalmente sí ocasionan daño, por lo que hoy están prohibidos para las embarazadas, menores de edad, etc.".
No obstante, dijo el experto, "se supone que estas ondas (las de WiFi) no penetran la piel humana, la rebotan, pero en cierto grado puede que algo de esa frecuencia sea permeable y ahí está el mito. Insisto, no hay una prueba a ciencia cierta, por lo tanto podría ser un mito aún o una realidad de la que nos vayamos a dar cuenta en un par de años más. Eso no está tan claro".