Astorga asume el incierto futuro: "No sé si el club quiere que siga o no"
Tras la contundente derrota en la final del Ascenso frente a Copiapó, Cobreloa ya comienza a pensar en su proyecto 2023 en la B y la continuidad del DT se definirá esta semana.
Deportes - La Estrella del Loa
Que el cuerpo técnico y el plantel loíno consiguieron números notables en la temporada es un hecho innegable, así como la identificación del hincha naranja con su club. Encendieron la ilusión, la misma que se apagó tras la histórica derrota 5 a 0 con un Cobreloa sin hambre, sin ambición, timorato y con una estrategia cuestionable, más preocupada de controlar al rival que de ir a buscar la gloria deportiva.
Y allí aparece la figura de Emiliano Astorga, el técnico minero que mantuvo al equipo invicto después de dos décadas en la temporada regular, pero que hoy es sindicado por el medio en general como responsable del planteamiento que el domingo sucumbió ante la claridad futbolística del "León de Atacama".
El adiestrador, visiblemente golpeado y emocionado tras la final no ocultó sus sensaciones tras el partido. "Tengo mucha pena, me cuesta mucho hablar", dijo con ojos llorosos y voz quebrada junto con pedirles disculpas a los fanáticos por la presentación en la instancia definitiva, una donde asume que hubo exceso de nerviosismo y falta de categoría para estar a la altura de las circunstancias.
Pero una vez definida la permanencia del club en la serie del Ascenso 2023, la duda surge inmediata. ¿Seguirá el director técnico a cargo del proyecto deportivo del equipo? Astorga se apura en asumir que en la final "el equipo cometió todos los errores que no se cometieron durante el año, hubo errores y los asumimos. Es lamentable porque en 90 minutos se echa a perder el esfuerzo que se hizo durante todo el año", dijo.
Y sobre su continuidad, el DT pone la pelota al piso. "Tenemos que sentarnos a conversar y ver cuál es el proyecto que tiene el club para más adelante. Con este año en Calama me logré dar cuenta de lo grande que es este club y de cómo necesita estar en Primera División. Pero también hay cosas que este club necesita mejorar para mantenerse estable y generar un proyecto deportivo que se mantenga en el tiempo", afirma.
Tiene contrato por dos años y recién cumplió uno. Pero sabe que está cuestionado por la desastrosa final y no oculta esa sensación de "no sé si en el club me quieren o no para que continúe. Nos tendremos que sentar a conversar muy tranquilamente sobre lo que viene", recalca.
Crítica
Una de los imponderables que pone en jaque la continuidad del estratego al mando de los "Zorros" es la voz del directorio loíno, quien en nombre del presidente Fernando Ramírez manifestó abiertamente su cuestionamiento al planteamiento del DT en el juego final ante Deportes Copiapó.
"Estamos muy tristes, muy decepcionados porque la gente respondió, el proyecto apuntaba a entregarle una alegría y devolver a Cobreloa a primera división, se consiguió llegar a una final y perderla así, con lo que se vio en cancha nos deja con sensaciones muy encontradas. Porque hay responsabilidades en la forma de enfrentar el partido que nos llevó a perder como nunca imaginamos perder", reconoció el mandamás loíno.
Pero Ramírez no esconde que la relación con Astorga durante todo el año fue cortante y que por lo mismo, el cuerpo técnico debe definir si quiere seguir a cargo del proyecto. "Pese a los problemas económicos, este plantel y cuerpo técnico contaron con todos los recursos para poder hacer su trabajo, se dejaron muchas cosas de lado en lo personal y en cuanto a proyectos para entregar las condiciones que probablemente, no fueron las ideales, pero esfuerzo hubo. Del directorio y principalmente, de los socios. Ciertamente, hay molestia porque durante todo el año se mantuvo una postura de salir a decir cosas que se hablan en la interna y que afectan a muchos clubes, pero acá se hacían eco y provocaron mucho daño a la imagen del club, que después afectan en la gestión, a la hora de salir a buscar auspicios y apoyos", detalla.
Aún ante el quiebre evidente que se mantuvo desde marzo de este año, Ramírez le entrega la decisión al entrenador. "Va a depender de si él quiere seguir o no porque tiene contrato vigente. Nos tenemos que sentar a conversar porque él tiene que entender que es probable que no podamos mantener un plantel con el mismo costo, hay que apretarse el cinturón y se deben conversar temas que han sido de permanente conflicto durante todo el año", reconoce.
¿Cuándo se define? El mandamás de la directiva naranja detalla que "tengo que ir a Santiago por el tema del consejo de presidente y ya nos sentaremos a conversar el miércoles en Calama para poner los puntos de ambos sobre la mesa".
La situación contractual del cuerpo técnico apunta a que se puedan limar asperezas y armar un nuevo proyecto deportivo en 2023. Pero la sensación que queda hoy es que la división en las aguas sólo se agudizó con el fracaso deportivo del fin de semana. Y allí, las distancias emergen como bandera de discurso y alientan más a los caminos distintos que a una postura común...