Camila Rojas Vargas - La Estrella de Valparaíso

Con un homenaje a los músicos, artistas e intérpretes nacionales que perdieron la vida en los últimos dos años comenzó la noche final del Festival del Huaso de Olmué. Un video en tonalidad blanco y negro mostró extractos del talento en escena del "Gorrión de Conchalí", Zalo Reyes; Pepe Fuentes, maestro de la cueca; Mario Gutiérrez, fundador de Los Ángeles Negros; Cristián Cuturrufo, destacado trompetista; Claudio Valdés, "El Gitano", cantautor y finalista del programa "Talento chileno"; Patricio Manns, Luis Dimas, Sergio Sauvalle y Benjamín Mackenna.

"Con este aplauso al cielo agradecemos y despedimos a estos grandes artistas", fueron las palabras de Eduardo Fuentes, quien tomó primero el micrófono para dirigirse al público. Asimismo, Ivette Vergara dio las gracias a cada uno de los artistas nacionales con un "aplauso infinito desde El Patagual", dijo alentando al público.

Después de una pausa comercial y una vuelta por el backstage a cargo de Paulina Alvarado y Esteban Leal, el público manifestó lo que quería: el último beso entre los animadores. "Yo cumplí 50 y como que me enyegüecí", bromeó Ivette ante el requerimiento de cientos de personas. Eduardo, en tanto, pidió a la dirección "una música adecuada para el momento". Así, coquetearon, bromearon como si fueran adolescentes y le hicieron caso al público. "¡Estoy llorando en esta tribuna", dijo él. Vergara, en tanto, invitó a todas las parejas asistentes a darse el último beso en Olmué.

La raíz folclórica

Con la canción "Jardín de amor", el conjunto oriundo de la Región del Biobío Entremares, que interpreta cuecas que no dejan espacio para la palabra vacía -algunas de ellas románticas, de amor y desamor, otras con mensajes cargados de emocionalidad a los que ya no están-, iniciaba su debut en Olmué. Este coincidió con el décimo aniversario de una trayectoria que han conmemorado de gira por el país desde hace algunos meses y también con presentaciones especiales en la Fiesta del Cordero (Rauco) y la Fiesta de las Flores (Buin), por nombrar algunas.

Con Kristel Meyer y Mauro Stuardo en las voces principales, quienes son pareja y hoy debutaron con su hijo Vicente, encargado del pandero, el grupo se quedó con el cariño del público que no fue tímido y pifió bien fuerte cuando el show (que duró menos de una hora) llegó a su fin, porque quedaron con ganas de escuchar más del repertorio de los diez álbumes que han lanzado.

Show tuvO DE TODO

Tras unas palabras de agradecimiento por estar presentes en el escenario olmueíno, el sonido del arpa en manos del percusionista Vicente Stuardo daba inicio al tema "Globos blancos al cielo" en homenaje a "todos los niños que ya no están junto a nosotros", enunció Mauro, mientras la pantalla principal mostraba retratos ilustrados de los homenajeados, entre ellos la bebé Ámbar, el scout Tomás Acevedo, Tamara Moya y el pequeño Tomasito, fallecido en Arauco. Luego, una niña vestida de blanco corrió hasta el borde del escenario con un globo que soltó a los vientos de la noche.

Después la presentación tomó rumbo al amor y desamor criollo al ritmo de "Si tú me amaras", "La retirada" y "El sol y la luna", esta última coreada fuertemente por gran parte de El Patagual.

El show tuvo otro matiz, más cargado a la carga emocional de la fecha para la cantante Kristel que se tomó un momento para compartirlo.

"Hace cuatro años, 22 de enero a las 22:30 de la noche mi mamá dejó de existir. Este día es hermoso por estar cumpliendo un sueño pero a la vez es el más triste de mi vida", dijo la voz principal de Entremares, dando paso al tema "Desde que no estás presente".

A dúo con aMÉRICO

El conjunto nacional tenía una sorpresa preparada que sacó aplausos entre el público y es que daban la bienvenida a Américo, quien apareció en El Patagual vistiendo un blazer blanco y pantalón negro, un atuendo bien típico de él y que esta noche usó para interpretar a dúo con Kristel una sola canción, "No me siento culpable".

Para el tema "A tu lado" más de algunos ya sacaban los pañuelos para bailar un pie de cueca, igual que los animadores que salieron al escenario a zapatear un rato.