Mujeres cambiaron sus rubros por la maquinaria pesada
Son parte de programa SQM y Transportes Nazar para disminuir brecha de género.
Daniela y Luzvenia tienen más de algo en común. Hace un par de meses que se están preparando para ser conductoras de camiones en la zona norte de nuestro país, entre la región de Tarapacá y Antofagasta. El desafío no sólo ha sido tener que aprender a operar un medio de transporte tan grande como los de este estilo, sino que además, dejar a sus familias durante 15 días para cumplir turnos y poder realizar sus sueños.
Luzvenia Cerda vivía en Machalí, en la Región de O'Higgins, con sus cuatro hijas y su marido. Había emprendido en el año 2019, inició un centro de masajes reductivos y para eso se compró una camilla, máquinas e insumos.
Pero lamentablemente su proyecto se fue a piso, pues todos evitaban el contacto físico con otra persona durante la pandemia.
Agobiada por la presión de aportar a su hogar decidió darle un vuelco a su vida y terminar de sacar la licencia A5, A3 y D, que son-entre otras- para poder manejar maquinaria pesada.
Mientras terminaba su curso una compañera le comentó que Transportes Nazar junto a SQM estaban buscando mujeres para un proyecto pionero que pretendía integrarlas en faenas mineras.
Daniela Castillo (33), en tanto, trabajó en la feria durante muchos años, en donde tenía un puesto de lechugas y porotos junto a su familia. "Las vacaciones de verano siempre las pasé en la feria, nunca tuve un verano de relajo", comenta.
Con los años ella puso un negocio de abarrotes y sin embargo, el sueño de toda su vida era conducir camiones, tal como siempre lo ha hecho su padre.
Ilusionadas, postularon y quedaron en este programa. Fue así como tomaron sus maletas y empezaron a cumplir turnos de 15 por 15 en la comuna de María Elena.
"Mis hijas ya están grandes y se cuidan solas. Además, mi marido trabaja en una minera en Copiapó, por lo que el rubro no es tan desconocido para mí. Acepté el desafío y ha sido increíble", relata Luzvenia.
Mientras que la tarea para Daniela no fue tan sencilla, pues tiene dos hijos y más pequeños (11 y siete años). Así, es su hermana quien le brinda ayuda durante las dos semanas en los que está a más de 1.700 kilómetros de distancia de su familia, pues viven en Coelemu (Región de Ñuble).
Mujeres empoderadas
Son 10 las mujeres que forman parte de este plan piloto implementado por SQM y Transportes Nazar, proyecto que tiene una extensión de cuatro meses, pero ampliable a seis y el objetivo busca principalmente la inclusión de la mujer el rubro del transporte.
"La idea es integrar a la mujer a la minería. Nos dimos cuenta que había un sesgo de género y vimos una oportunidad, un desafío que resolver. Nosotros estamos aprendiendo también de ellas a diario. Hay que darles las facilidades para que se puedan desarrollar, queremos ser partícipes de la integración. Ellas trabajan con un monitor que las va capacitando en todos los aspectos que requiere la conducción segura y eficiente de nuestros equipos en la zona", comenta Felipe Tapia, gerente de Operaciones Zona Norte de Transportes Nazar.
"Yo estoy fascinada con los camiones, me gusta el poder que se siente al estar arriba de uno. Me enamoré de ellos, hasta extraño el ruido de sus motores cuando estoy en mi casa. Aquí hay un estigma que es un trabajo de hombre, a nosotros nos ven medias frágiles, pero ya van a ver, pues los gallos se ven en la cancha. Hay que creerse el cuento, somos mujeres empoderadas", comenta la ex masajista.
"Mi papá era camionero, siempre anduve arriba de uno y mi sueño era manejarlo. Yo me voy a morir arriba de una de estas máquinas, me encantan, aunque prefiero los americanos, pues son más articulados", relata Castillo.
A diario deben trasladar 45 mil kilos de sal de nitrato, en un trayecto que tarda casi siete horas, el cual comienza en el salar Nueva Victoria en Pozo Al Monte y se descarga en Coya Sur, en María Elena.
Actualmente ellas están viendo cómo lo realiza un monitor, pero luego de cumplir 30 vueltas-hasta ahora suman 28- podrán realizar la ruta, pero sin el tutor.