Siga estos tips para que sus hijos entren contentos a kínder o al jardín
Es importante prepararlos para esta nueva etapa, familiarizándolos poco a poco con la experiencia que van a vivir y destacando lo positivo que traerá.
N.E.
Una de las principales causas del rechazo escolar es la falta de comunicación entre los niños y sus padres o cuidadores, aunque también largos períodos sin ir al colegio o al jardín pueden desencadenar este problema.
Así lo confirmó la psicóloga de la Universidad Central, Fabiola Leiva, quien sin embargo aseguró que hay formas de evitar el rechazo o fobia escolar y que lo ideal es aplicarlas cuando aún queda tiempo para retomar o iniciar estas actividades.
De acuerdo con Ingrid Boerr, directora de la Escuela de Educación Parvularia de la UDLA, particularmente en el proceso de incorporación a los niveles de transición (jardín infantil, kínder y prekínder) es importante atender ciertos detalles que ayudan a los niños a enfrentar los cambios que llegarán.
"Es esencial que las familias conozcan los centros educativos, visitarlos con los niños y niñas y hablarles del lugar al que van a ir, despertando así el interés y la curiosidad por lo que allí van a aprender. También es importante que conozcan al equipo educativo que estará a cargo de los niños y poder así también hablarles de ellos a los más pequeños", dijo Boerr.
Asimismo, manifestó que es bueno conocer el proyecto educativo, las rutinas, las metodologías de trabajo, las modalidades de comunicación y el horario, para que tanto padres como niños tengan claro cómo será la nueva experiencia.
En el caso específico de los niños, Boerr dijo que "cuando se acerque el momento de ingresar a las actividades, es importante prepararlos con ciertas rutinas de sueño y comidas, acostumbrarlos a los nuevos horarios y actividades".
Además, aconsejó "hablar con los niños sobre lo que harán en esta nueva etapa de manera positiva, interesarlos por las actividades que podrán realizar, los nuevos amigos que van a conocer, las personas con las que se van a relacionar y sobre todo apoyarlos para crecer y aprender".
Eso sí, advirtió que hay que entusiasmarlos sin agobiarlos, ya que "muchas veces la ansiedad de los adultos genera más dificultades que la propia ansiedad y curiosidad de los niños".