Gloria Münchmeyer volvió a Venecia con "El Conde" a 33 años de su premio
La película de Pablo Larraín fue ovacionada en el festival. "Yo creo que el mal sí puede y debe ser filmado", dijo el director.
Carolina Collins
En 1990 Gloria Münchmeyer se convirtió en la primera chilena en ser galardonada con la Copa Volpi como Mejor Actriz en el Festival de Venecia, prestigioso certamen que ayer la recibió nuevamente para estrenar en competencia "El Conde".
En la sátira en blanco y negro de Pablo Larraín, la actriz nacional, que el 90 fue premiada por su papel en "La luna en el espejo" de Silvio Caiozzi, encarna a Lucía Hiriart, la esposa de Augusto Pinochet que en la película es un vampiro interpretado por Jaime Vadell, quien no desfiló por la alfombra roja del festival italiano, pero sí fue mencionado por su colega.
"Fue un placer trabajar con JaimeVadell, es el mejor actor chileno de su generación. Su inteligencia le permitió realizar la caricatura de Pinochet pero de una manera muy delicada gracias al guía de Pablo Larraín", destacó Münchmeyer.
Cinco minutos
En su décimo largometraje, Pablo Larraín decidió abordar de una manera poco ortodoxa la figura de Pinochet, justo cuando están por cumplirse 50 años del golpe de Estado. Y el resultado tuvo buena acogida en Venecia, donde la cinta fue aplaudida por cinco minutos.
"Creo que la impunidad tiene fracturado Chile", sostuvo el realizador en la presentación de su filme en el festival de cine más antiguo, donde planteó que decidió retratar a Pinochet como un vampiro para denunciar la falta de justicia tras la dictadura. "Pinochet nunca enfrentó a la justicia y esa impunidad lo hizo eterno, lo convirtió en vampiro", explicó el chileno que con este trabajo busca quedarse con el León de Oro.
El director que ya pasó por Venecia con películas como "Post Mortem" (2010), "Jackie" (2016) o "Spencer" (2021), defendió "el deber" de "retratar al mal". "Hay ciertas personas que creen que Pinochet no debe ser filmado, que creen que su figura no debe ser filmada o nunca o que todavía es muy reciente. Yo creo que el mal sí puede y debe ser filmado, debe ser retratado", expuso.
"El Conde" tiene a Vadell como un vampiro de más de 200 años que decide morir y que es visitado en su alicaída mansión por sus ambiciosos hijos, que llegan en busca del inmenso patrimonio que acumuló en la dictadura.
Larraín explicó que quiso plasmarlo como "un ladrón" porque "absurdamente" hay quien cree que "un soldado como él puede efectivamente matar y cometer violaciones de los Derechos Humanos de cualquier nivel y magnitud, pero no robar".
"Pinochet nunca enfrentó a la justicia y esa impunidad lo hizo eterno, lo convirtió en vampiro.
Pablo Larraín, director